miércoles, 23 de febrero de 2011

Después de un trauma, el estrés es muy fuerte.

   
    Muchas veces, los niños responden a un acontecimiento traumático (como presenciar una escena violenta o verse involucrados en un accidente) mediante un comportamiento desorganizado o agitado. Para afrontar el estrés derivado del trauma el pequeño suele reaccionar de tres formas distintas. Puede mostrar una tendencia a revivir el acontecimiento através de recuerdos o de sueños recurrentes; puede intentar a toda costa evitar actividades, lugares o personas que le recuerden el trauma vivido; o bien puede manifestar un aumento de la exitabilidad nerviosa.

     Las reacciones al trauma se pueden manifestar justo después del acontecimiento o bien en las semanas posteriores al mismo. Dada la dificultad que entraña captar las señales de malestar que emiten los niños, es importante saber que existe una serie de factores de riesgo, cuya interacción puede hacer a los pequeños más vulnerables frente al denominado "trastorno post traumático por estrés. Hasta los cinco años, las señales que muestran los niños son las siguientes: miedo a separarse de sus padres, llanto, gritos, inmovilidad, movimientos sin finalidad y temblor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario