domingo, 13 de febrero de 2011

Tabaco y embarazo.

   El humo del tabaco contiene muchas sustancias nocivas, algunas de ellas tienen demostrado su efecto cancerígeno en adultos.

   En cuanto al feto, está comprobado que recibe componentes del humo de tabaco desde la sangre materna a través de la placenta. Estas sustancias tóxicas circulan por la sangre fetal y se expulsan al líquido amniótico a través de la orina fetal; desde allí pueden ser deglutidas de nuevo por el feto. Como ves, al circular por todo su cuerpo puede afectar a múltiples células y órganos de forma directa, y además provocar una disminución de la sangre que llega al feto.

   Los riesgos que conlleva son: abortos, retrasos del crecimiento fetal, desprendimientos de placenta y la rotura prematura de membranas. Todos estos efectos son más acusados cuanto más se fuma, pero el mejor consejo es que se proveche este momento para dejar de fumar.

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